Esta es una frase que yo utilizo mucho. Me funciona. Originalmente era “iremos viendo”, pero con el paso de los años en algún momento evolucionó a “andar y ver” y ahí se ha quedado. Le gustó mucho a una prima mía y hace ya tiempo que tenemos esa complicidad entre nosotras.

Hace un mes o así hablábamos por WhatsApp, yo mencioné la susodicha frase al hilo de algo, y su respuesta fue, “bueno primi, andar, andar, lo que se dice andar…ahora no andas mucho”, jajajajaja, y la verdad es que tenía razón. Os dejo aquí una foto para que lo entendáis.

«Pa´ habernos matao que dijo aquel”. Lo del gato os lo cuento ya si eso en otro post que da de sobra. Mirad cuanto glamour tenemos, todo al azul, jajajaja.

Es la primera vez que me rompo un hueso en 48 añazos que tengo. Que verdad es esa que dice que para todo hay una primera vez. Fue una mala maniobra con la moto en parado, a ver, hay gente que esto mismo se lo rompe bajando de una acera, que tiene que joder más, digo yo. A mí me ha dolido mucho más el orgullo motero que el pie, las cosas como son.

El caso es que yo ni pensaba que se hubiese roto algo, creí que era todo del propio golpe y la contusión. Como nunca me he roto nada, no tenía con qué comparar. Si dolía si, pero he soportado dolores muchísimo más fuertes, pero muchísimo, de muchísimo más. No os podéis imaginar el dolor físico que genera un Lyme. El caso es que estuve 10 días zascandileando por ahí con el hueso roto, el quinto metatarsiano exactamente.

Un derrame de la hostia en todo el pie, por arriba y por la planta, e inflamado que no veas, pero joder, yo me ponía frío, una crema de maría ( de maría, quiere decir de marihuana, por si a alguien no le ha quedado claro) es antiinflamatoria y va super bien, la varita Grander, me pasaba una máquina de bio-resonancia que tengo, y aquello iba mejorando un montón día a día.

Podía conducir sin casi molestias, caminar poco y sin apoyar, eso sí, pero yo dije, nada, esto es del golpe. Joder, cuando me dicen que hay fractura y que vaya echando mistos al hospital, mira, la sorpresa que me llevaría, que mi respuesta fue “no puede ser, serán las placas de otro, cómo va a estar roto, si estuviese roto ¿dolería mucho, no? ”. Que hostia tengo…

Los médicos de urgencias fliparon cuando vieron el informe, la placa, y mi pie, por ese orden. Pero, usted, ¿que ha tomado para el dolor?, nada, no digo hoy, desde que fue la caída, nada, no he tomado nada, ¿no le dolía?, sí, pero creí que no lo suficiente para tomar algo. Ojipláticos me dicen, es usted una chica muy dura, a lo que yo pensé, ya, ya lo sé, de la cabeza lo que más.

Y siguen, la verdad es que para la placa que trae, el pie está muy, muy bien, yo no dije nada de lo que había hecho por mi cuenta, no fuera a ser que me dejaran ingresada pero en psiquiatría. Coño, si llego a creer que tengo algo roto, voy al dia siguiente al hospital.

Y así entré en el maravilloso mundo de la escayola, las muletas, y la silla de ruedas. Maaaaaaaderreeeeeemiiiiiiiaaaaaa, lo de las muletas lo que peor, horrible. Cuando me puse a hacer la cena ese mismo día dije, hostia, si tengo las manos en las muletas como saco las cosas de la nevera y las llevo a la mesa, o a la vitro, ahí me di cuenta de que esto iba a ser entretenido, muy entretenido.

Claro, si vives con alguien y ese alguien te lo hace todo, ni tan mal, pero si vives sol@ y te lo tienes que hacer tú todo como es mi caso, menudo master, hacerte la comida, colocar la compra aunque te la traigan a casa, asearte, cuidar a los gatos, fregar, meter todo en el lavavajillas, sacarlo, y he dejado para el final mis favoritas, ahí van, poner una lavadora y tenderla, cuidadin con eso, y la otra, mudar la cama….silencio en la sala, ehhhhh.

Llegué a la conclusión de que tender una lavadora con muletas, o sentada en una silla de ruedas de estas de despacho con el cesto encima de las piernas, para tenderla por los radiadores y en perchas detrás de las puertas, te lo convalidan MÍNIMO por una etapa de la Titan Desert, ¡mecagoensuputamadre, que rato compañer@s!.

Y lo de mudar la cama, pues te lo deben convalidar por una tarde en el Ikea, o por la maratón de New York, y no sé si no me quedaré corta. La Virgen bendita, la mudaba de dos en dos semanas porque solo de pensarlo se me abrían las carnes, joder, joder, joder…

Total, que he llegado a la conclusión de que estamos muy bien pensaditos, dos brazos, dos manos, dos piernas, dos pies, todo es muy útil, está muy bien colocado, y nos hace mucha falta. Voy con la última de dolor físico.

A la semana de escayolarme, me bajó la regla, cosas de chicas, ya hacía muuuucho tiempo que no me daba guerra, pero guerra con mayúsculas me refiero, lo que pasa es que andaba yo resolviendo cosas de chicos y por algún sitio tiene que salir, mira, menudo viaje me sacudió, joder, igual hacía más de dos años que no me hacía falta tomar nada, me tomé un gyn-tonic para ir haciendo boca y funcionó, pero hacía falta sacar la artillería pesada y no lo hice.

Jo-der que noche, “nunca mais”, al día siguiente con la cena pastillita de tramadol caducado del 2017, drogas de calidad. ¿Quién dice que pierden efectividad?, menudo viaje a la cabeza que te pega eso, como recién comprado, jejejeje, dormí del tirón. Yo luego pensaba, no he necesitado tomarme nada para un hueso roto en el pie, y me ha hecho falta por un dolor de regla, hostia puta.

Y con una semana de diferencia, quiero decir, que tenía ambos umbrales de dolor cercanos en el tiempo como para poder valorarlos en condiciones. Ahí lo dejo. Pues de cero a diez, al del hueso roto le doy un 2, y al de regla EN ESTA OCASIÓN, no es siempre así, gracias a Dios, le doy un 7 alto.

¿Por qué tramadol?, fácil, soy alérgica a AINES, Nolotil, aspirina, paracetamol, y corticoides. Me duela lo que me duela, es lo único que he encontrado que me alivia el dolor y mi cuerpo tolera. Cosas de Lymers y ex-lymers.

Y ahora viene lo mejor, ¿para qué?, sí, ¿para qué me he roto el pie?, ya sabemos que las casualidades no existen, existen las causalidades. Simple, no he sido capaz de parar yo con el año que llevo, y ahí arriba han dicho, pues te vamos a tener que parar nosotros, porque te hace una falta que no veas guapita de cara. Y tal cual.

Este año empezó ya intenso, más intenso de la cuenta incluso para mí, y de ahí, no ha hecho más que ir aumentando en intensidad en HACER, cuando mi cuerpo estaba para NO HACER nada, completamente exhausto y agotado físicamente. Demasiados frentes abiertos, demasiado intensos. He ido resolviendo algunos y gestionando otros, pero el peaje que he estado pagando ha sido cada vez más alto. Lo he visto venir, he ido frenando, templando, pero no lo suficiente.

Es muy duro reconocer para alguien como yo que tu cuerpo no va, que apenas puedes trabajar unas horas al día, qué necesitas dormir entre 10 y 12 horas cada día, dedicar otras 4 o 5 a la comida, tomar un montón de suplementos para minimizar todo lo que no puedes obtener de la parte digestiva, gestionar tu energía para poder hacer algunas cosas algunos días.

Harta, no, hartísima, ¡hasta los huevos que decimos por aquí!. Empecé a trabajar en eso de la aceptación en Febrero/Marzo. Es decir, hasta ahora todos estos años había pensado y creído firmemente que iba a recuperar mi energía al 100%, a día de hoy sinceramente, ya no lo sé.

Quizás esto es lo máximo a lo que podemos llegar yo y mis circunstancias. Que es muchísimo viniendo de dónde vengo, peeeeeero, no era este el objetivo. Ajo y agua, a joderse y aguantarse reina.

Estoy muy cansada, vencer la borrelia, vencer las coinfecciones, vencer los virus, vencer los hongos, superar el dolor físico, hacer el trabajo emocional que no has hecho en los 40 años anteriores de tu vida porque no sabías que tenías que hacerlo, gestionar cosas de chicos, poner patas arriba tu vida laboral, la familia como no, los amig@s, el dinero, ¡cómo no voy a estar exhausta!. Lo que no sé es cómo estoy viva sinceramente.

Y lo mejor, necesito hacer dos trabajitos emocionales a los que me estoy resistiendo como gato panza arriba. Me mandaron un kindly reminder nivel Dios en Febrero, lo entendí a la primera, ¿tú has hecho esos trabajitos?, no, pues yo tampoco. Cómo para no pararme.

Ahora que empiezo a respirar un poquito al haberme quitado la escayola, voy al lío con esos asuntos que son la clave de mi éxito. Que perezón, y que poco apetece sacudir el árbol, peeerooooo, en mi caso es TOTAL Y ABSOLUTAMENTE NECESARIO. Que estoy tardando vamos. Deseadme éxito, que me vendrán bien esas vibraciones virtuales positivas.

Lo más curioso/gracioso del caso, es que todo esto podía haberlo hecho exactamente igual sin romperme nada. Cómo no lo hice, me lo tuve que romper para entender. De hecho, en el libro mágico, (mirad el post Bibliografía y sabréis qué libro es) una vez que lo miré, que tardé unos días o más bien una semanita larga en hacerlo, consulté varias cosas, huesos, fractura, accidente, pie…

La verdad es que todo me iba bien, para que mentir. Una vez que has entendido es mejor reírse. Os dejo aquí la foto de la más relevante para mí. Nada más que añadir Señoría.

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