Ulises, el Rey de los Tejados
Parece que el post anterior que da nombre a este lo escribí hace 1000 años, ¡madre mía!, muchas cosas me pasan a mí, pero muchas, muchas. Está intensito el año, ¿eh?. Pues mirad, desde que lo publiqué, os cuento una parte, no todo, lo que he vivido.
Me dieron el alta el día 5 de Enero de la fractura en el pie, desde Septiembre, ni tan mal. Cuando empezaba a zascandilear y salir a la calle, PCR POSITIVA. Desde el 23 de Enero encerrada en casa. Dos semanas muy jodida, pero muy jodida, y en aislamiento porque no se me quitaban los síntomas. Pillé la variante Delta, en lugar de la Omicron. Si es que aquí en el Páramo tenemos de todo.
Añade otras dos semanas a mayores para volver a encontrarme medio bien. Asomo la cabecica para tomarme un vino con un chico guapo, no nos dio tiempo a más, las cosas como son, y zasca, trabajando en la ludoteca de Carnaval con los niños, cuatro de los seis tenían unos mocos verdes hermosos, y otro además, tosía que no veas.
Se mascaba la tragedia. El miércoles mismo empecé con los ganglios inflamados. Como ya me conozco muy bien, a la fuerza, fui ese viernes al médico, ¿a ti te recetaron antibióticos?, no, pues a mí tampoco. Y mira que se lo dije, que esto tiene mala pinta, mírame bien, NI PUTO CASO. Volví el miércoles siguiente arrastrándome, ya me había pasado la infección al oído, mocos, tos, sin voz, dolor en los ganglios de la garganta, entonces sí que me los recetaron, cinco días tarde.
Más jodida que la Hilaria iba yo, diez días de antibióticos, cinco llevo, los últimos cuatro encerrada en casa porque me encontraba muy, muy, muy mal. Y ahí estoy. Empezando a asomar la cabecica otra vez en modo OFF, es decir, sin hablar ASP (A Ser Posible). Me río por no llorar. Aquí ando, comprando paciencia, oootraaa vez. A ver si entiendo lo que me quieren decir ahí arriba porque esto es muy cansado.
Además, he recibido un zasca emocional importante. Os hago un pelín de spoiler, sorry, porque le dedicaré un post completo en breve. Había acogido el año pasado a una gatina muy especial, al final ella eligió quedarse conmigo aquí en casa, sabíamos que estaba malita, pero no que era para tanto.
A finales de Febrero tuve que llevarla a dormir porque no se podía hacer más por ella. Sofocón tamaño planeta Plutón. Ahí ando. Los otros gatines y yo la echamos de menos mucho la verdad. Todo esto en dos meses, ¿es o no es para flipar un poco?, yo creo que sí, y un mucho también. Como la leche condensada, todo muy concentrado, pero esto no está tan bueno, joder.
Después de esta introducción, voy a contaros la anécdota que tenía en mente cuando escribí el post anterior. Había pensado cambiarle el título por “ULISES, EL REY DE LOS TEJADOS”, pero quedaba un poco largo. No sé, igual todavía lo hago, es que me gusta mucho más que “Plan CER 2022”. Ya veréis que decido finalmente.
Corría el día tres de Enero del corriente, jejeje, tres de Enero, si es que, ya apuntaba maneras el año. No sé de qué me sorprendo. Ese día, por fin, rematamos una historia que venía fraguándose desde primeros de Diciembre. Justo después del puente de la Constitución y la Inmaculada una persona avisó a una compi del Plan CER y también al Ayto. de que había un gato que no podía bajar de un tejado y que no paraba de maullar.
Fui a verlo, coincidí allí con el municipal, y misi, misi, misi, allí no se movió nada en el tejado. Pensamos, coño, si ha subido, podrá bajar, y habrá bajado. Fueron pasando los días, y al poco los vecinos del otro lado, oye que hay un gato en el tejado (el mismo tejado) y que no para de maullar, creemos que está atrapado, y yo joder, pero está allí siempre, o va y viene, porque a ver, a un tejado no se sube cualquiera, ni de cualquier manera, y luego bajas con un gato callejero, así como si nada, ¿sabes?, en fin, deben pensar que CATWOMAN a nuestro lado es una aprendiz.
Y así seguimos hasta que al cabo de un tiempo una de las vecinas me manda un video de lejos y según vi más menos al gato, dije, ¡hostia, pero si es Ulises!, virgen de la alpargata, ¡qué coño haces ahí, alma de cántaro!, y sí que llevaba atrapado en el tejado desde primeros de Diciembre, sí.
Es un gato de nuestras colonias, que paraba mucho por la Plaza del pueblo, ya estaba castrado por eso tiene nombre. Y ya hacía tiempo que las compis decían que no le veían, que qué raro, que no iba por la Plaza al solecillo, ni a comer, claaaaaarooooo, cómo iba a ir.
Se ve que él entraba por un agujero en una puerta de madera hecha polvo de una casa vieja, y salía por ahí también claro. Peeeroooo, en algún momento pasó algo, y el camino de vuelta quedó bloqueado, porque él no pudo bajar y salir. Casi un mes en el tejado y parte de la casa vieja, sin comida y sin agua. Lo que bebiera de la lluvia, lo que cazara, y algo de comida que le echaba algún vecino desde otros tejados.
El tejado no es accesible ni hay claraboyas. Por un lado intentamos conseguir las llaves de un piso no habitado, un segundo, que era lo más cercano al tejado en cuestión desde una de sus ventanas. Por otro lado ver si desde otro edificio vecino que daba a la calle, se podría tener acceso. Una movida no, menuda movida.
Después de mucho preguntar, idas y venidas, conseguimos las llaves del piso de la parte de atrás. Vaya aventura. Allá que nos fuimos mi compi y yo con unos sobres de comida para gatos, un transportin, una manta, y mucha determinación. Entramos, teníamos poco tiempo porque ya sabéis que en Enero oscurece muy prontito y esto serían ya las 5 de la tarde o así. Vamos a la cocina, había ventana y terraza. Estaban en la misma hilera, la ventana era la más cercana al tejado.
Abrimos la ventana y empezamos michi, michi, michi, nada, pues aquí no hay gato, jolines, misín, misín, Ulises, donde andas, y de repente, aparecen dos orejas naranjas detrás de las tejas y viene hacia nosotras disparado, os prometo que lo primero que pensé fue “joder, ULISES, que buena cara tienes cabrón”, pensé que lo íbamos a encontrar deshidratado, hecho una puta mierda, que habría que llevarle directo al veterinario a que le enchufaran suero, tenía buena cara y mejor cuerpo.
Es un gatón el tío, fuerte, resistente, si no lo veo no lo creo. No estaba ni escuchimizado. Algo más delgado sí, pero tenía buen aspecto. Jódete. Yo pensé que saltaba directo del tejado a nuestra ventana, estaba muerto de hambre, maullaba desesperado y estaba en el borde del tejado, como amagando el salto a la ventana, con la mala suerte de que la ventana era corredera, y la hoja más cercana NO ABRÍA, mecagoensuputamadre.
Será posible, más complicaciones. Total, que a falta de destornilladores tiramos de cuchillos de cocina pero que no, y al final fui al coche a buscar una navaja multiusos. Costó pero conseguimos quitar los dos tornillos, abrir y quitar esa hoja. Cogimos una tabla de planchar, porque yo solo con la manta, no veía que eso fuese a acabar bien para el gato, que sí, que cae de pie, pero que tampoco había acceso a donde iba a caer el pobre.
Mira, que rato. Imagínate el cuadro. Pena no sacara unas fotos la vecina que me mandó el video que estaba viendo la jugada desde su ventana. Pusimos la tabla de planchar apoyada en el alféizar de la ventana y el tejado, quedaba inestable de cojones. Había que sujetarla. Le pusimos la manta encima a lo largo para que el gato se enganchara mejor.
Abrimos un sobre de comida, y yo que tengo el brazo más largo hala, estírate todo lo que puedas para que el gato se anime a la comida, y paso a paso ir recogiendo el brazo, para conseguir que suba por la tabla mientras come, y que cuando esté cerca mi compi le enganche del cuello con una mano, y luego le trinque con la otra, y a la saca con él.
Ya lo sé, suena a… se va a caer todo el tenderete y el gato se va a apretar una hostia de puta madre, eso, además de que le puedes joder un cristal a la del piso de abajo con la tabla de planchar.
Afortunadamente no sucedió. En ese momento, tenía todo muy mala pinta, era como verás tú donde acaban el gato, la manta, la tabla de planchar y la hostia bendita. Con que no nos caigamos nosotras….
El Universo en su infinita sabiduría nos ayudó, y todo fue bien. Cuando mi compi trincó el gato y ya lo tenía en brazos, fue como, joder, joder, joder. Estaba congelado el pobre. Eso sí, se comió todo el sobre. Angelito.
Lo metimos al transportín, se nos pasó el subidón de adrenalina y hala, a recoger. Yo decía, hostia como pesan AHORA las dos hojas de la ventana si antes no pesaban tanto. Lo que es estar en estrés, las quitamos como si nada, pero para ponerlas, costó la vida.
Al final se pudo, y ya de noche salimos triunfantes con ULISES. ¿Y ahora qué?, porque algo habrá que hacer con el gato, a algún sitio habrá que llevarle… otra odisea.
Desde luego, al menos una noche necesitábamos tenerle acogido para poder tapar el hueco por donde se metía a la casa. Tú me dirás. Si no empezamos de nuevo, quita, quita, quita.
Al día siguiente no veas, localiza a los dueños de la casa, que te den el permiso, luego a ver como lo tapas, compra una tablilla, compra espuma de poliuretano para sellarlo porque la madera estaba medio podrida, toda la mañana entretenidas haciendo el canelo para aquí y para allá. Pero nos quedó «NIQUELAO» que decimos en obra.
Por no alargarme, deciros que costó lo suyo, pidiendo favores aquí y allá, como no, Ulises pasó por dos casas de acogida, peeeeeeroooooo en la segunda le adoptaron. Felices por él.
Es un gato muy cariñoso de serie, se deja acariciar y busca a las personas, es muy peligroso para un gato así estar en la calle. Le publicamos varias veces en Facebook antes de todo esto pero no le salió nada. Su destino era este y estar con esta familia.
Y menos mal, porque menudo lío tenía el pobre. Resulta que tenía tiña, lo que oís, TIÑA, quien se lo iba a imaginar con esa pintaza, cuando le llevamos a vacunar a la veterinaria vio que tenía una calvita pequeña en el cuello pero nada más, a los 10 días, despelucado total, como dice mi compi, y ya debutó la enfermedad.
También se vio que tenía roto un colmillo (ya de antes), y que el gato está raro, el gato está raro, infección de caballo, que traía de bastante atrás nos dijeron, hubo que quitarle lo que quedaba de colmillo.
Supongo que la experiencia del tejado le debilitó las defensas, “como pa no”, y le afloró todo lo que tenía por ahí latente, si sabré yo de eso. Pobrecito mío, bueno, al menos ahora está calentín, con comida, con cariño y tiene un hermanito esperando para jugar con él cuando acabe el aislamiento.
Por cierto, el gato es guapo a rabiar, y lo sabe. Menudos ojos verdes tiene, ya los quisiera yo para mí. Os dejo aquí unas fotos ilustrativas. Os gustarán.
Aprovecho para decir que ahora que la gente sabe que andamos con lo de los gatos, cada vez que ven uno solo por el pueblo, o perdido, nos llaman a nosotras aunque no tiene nada que ver con la labor de voluntariado que hacemos.
Nosotras siempre les atendemos por supuesto, pero la gente lava sus
conciencias dando el aviso de lo que sea, y luego ya si eso, tu verás que haces con los michis. Nadie los puede llevar a su casa, ni tenerlos en una habitación o en un garaje una noche, hasta que aparezcan los dueños.
O según te ven que llegas, te cuentan y se largan porque ya es cosa tuya, oye, que yo solo venía a ver la situación, en ningún momento te he dicho que me fuera a hacer cargo de ella.
¡A TOMAR POR CULO LA BICICLETA!, lo mismo que hacemos nosotras lo puede hacer cualquiera con un poquito de empatía, y ganas de ayudar, sin más.
Pero claro, es mucho más sencillo encasquetárselo a alguien. Y luego dices, pues si no aparecen los dueños y no hay casa de acogida o adoptantes, por mucho que duela tendremos que soltar al animalito.
Nooo, como vas a hacer eso, pobre, vale, pues quédatelo unos días tú, o ayúdame con los gastos de comida, o con los de veterinario, y te dicen, yo es que no puedo, me viene fatal, tengo perro, o tengo gato, o tengo niños, o ando mal de pasta, etc., etc., etc.
¡Y una mierda pinchada en un palo!, salvo penosas excepciones, todo el mundo tiene dinero, tiempo y espacio para lo que le da la gana, y punto.
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Como siempre, me canta leerte, escribes como hablas y hablas como escribes,
Enhorabuena por la aventura, pense terminaba en boda !Caramba con el Ulisses ¡
Gemma, soy Rosi, de Villamayor; me ha encantado la aventura de Ulises.La verdad es q escribes estupendamente y con mucho sentido del humor y además nos haces pasar unos ratos estupendos en este entorno distópico q nos está tocando vivir.
Gracias por hacernos la vida un poco más amena.
sois muy grandes!!!! Muy guapo Ulises
Qué trajín, me estoy estresando de leerlo pero Ulises la líó parda Gracias
Buenas.
Siento tus enfermedades, espero que ya estés bien.
Vaya odisea con el gato, cuidadin.
Por cierto, con los ganglios y malestar, le paso igual a mi hija, no la hicieron ni caso, antibiótico a los 5 días. Ya mejor.
Me sigue encantando leerte.
Ya te llamaré.
Besos