¡Qué cuarentena más creativa, intensa, y productiva!. Eso sí, sin querer, como todo lo mío. Pensaréis que estoy exagerando, pero lo cierto es que tengo cuatro posts ya perfilados para escribir aquí en el blog. Hay veces que fluyen las historias.

Ello me ha llevado a valorar si realmente quería publicar éste. Ya sabéis, si te pones a pensar en que la gente luego lo lee… mejor tirar de alguno de los otros, pero en dos de ellos también me voy a exponer bastante, con lo que he dicho, ADELANTE.

En el momento actual, esto es, Fase 0, sin pasar a Fase 1 porque no cumplimos los requisitos en media España, nos hace mucha falta reírnos,y liberar emociones, así es que… ¡poneos cómodos querid@s!.

Diréis, ¿qué coño será Modo HSV?, viniendo de mí, cualquier cosa. Enseguida os lo explico. He sido muy listica, lo activé una semana antes de que se decretase el Estado de Alarma, que ya no nos acordamos, pero sí. Hubo un ANTES.

Y lo bien que me ha venido, ¿quéeee?, fue premonitorio total. Además, justo antes de celebrar el día de la Mujer Trabajadora (que yo lo celebro todo el año, pero bueno). Tiene mucha simbología de recuperación de poder femenino. Soy chica, no podía ser de otra manera.

Me encanta mi puto poder. Esa es una gran frase. Lo entenderéis cuando leáis hasta el final, no me seáis ansias.

Fue una de esas cosas mías que tienen que ver con la intuición, que igual no parecen muy ortodoxas vistas desde fuera, pero que funcionan. Ya lo creo que funcionan. Toda esta vaina, como dicen mis compis venezolanos, tiene que ver con chicos. Acabáramos.

HSV es el acrónimo de Hibernación Sexual Voluntaria

A verrrrr, como decíamos cuando éramos niños jugando, “no se vale», no se vale empezar a descojonarse ya”, esperad a que lo desarrolle al menos, ¿si…?.

Ese sábado yo había quedado con un muchacho, llevábamos enredando mucho tiempo y no había habido manera de cuadrar agendas, por fin, se alinearon los planetas.

Ya sabemos que las expectativas son malas, pero hombre, alguien con quien has estado quedando de continuo durante mucho tiempo, que te conoces de pé a pá, que siempre nos había ido fenomenal, y muchas veces fenomenal, ¿quién iba a pensar…?, yo por lo menos no, yo esperaba lo habitual.

Suelo poner el siguiente ejemplo: imagínate que llevas la merienda a un niño a la puerta del cole todos los días, durante semanas, meses, todo el curso.

De repente, un día, SIN AVISAR, no vas, ni mandas a nadie en tu lugar que le explique. Ese niño… ese niño se queda desolado cuando sale del cole, y no estás, NO ENTIENDE NADA, espera verte, y que le des su merienda.

En lo que a mi historia concierne, allí no había ni Blas, y la merienda, ni estaba ni se la esperaba. QUÉ DESASTRE. Mira, aquello no es que no creciera, aquello es que encogía por momentos. Lo que leéis.

Desde fuera y sin saber, vale que aquella era una situación nueva, vale que era después de mucho tiempo sin quedar, vale que él vendría rayado con sus cosas, vale que todo eso es un cóctel nefasto para las cosas de cama, pero igualmente, no daba crédito.

Se nos presupone una profesionalidad y una capacidad de adaptación a los que andamos de acá para allá en el mundo de los singles. Yo había quedado con un jugador de Champions constatado, y aquello no era ni un Segunda B malo.

Al día siguiente me llamó mi amiga de la que siempre os hablo para estos menesteres, para preguntarme qué tal, y cuando le digo que horrible, me dice ella “¿no fueeeee?”, y yo, “ojalá”. Su frase fue, “joder, pues si ya nos falla este, apaga y vámonos”. Lo mismito que pensé yo.

He de añadir, para que os situéis en el contexto, que salvo honrosas excepciones llevo una racha mala en este aspecto, mala, y dilatada en el tiempo. Vamos, que di por hecho que me iba a desquitar pero biennnnnn esa noche.

Todo muy empírico y cartesiano basado en la experiencia. Maaaadre, que disgusto más grande, con las noches que hemos pasado el elemento en cuestión y una servidora. Decir que se me cayeron los palos del sombrajo es poco.

Cuando ya estaba sola, ya sabéis mi frase de esos momentos, “esto no me está pasando a mí, no me puede estar pasando a mí”, pues sí, ya lo creo que te está pasando. En ese momento hice una reflexión. Parada en mitad del pasillo, dije esto no es ni medio normal.

¿Qué está pasando?. ¿Qué coño me está diciendo el Universo?, si éste que era un valor seguro te sale rana, de los otros en general ni hablamos, y para colmo, y aquí viene el plato fuerte de este post, el famoso Satisfyer, NO TE SATISFACE, algo estás haciendo mal, muy mal.

Está claro que algo no fluye. Dije, a tomar por culo todos. Se acabó invertir tiempo y energía en según qué o quién. Estoy muy cansada, el rendimiento es tan escaso que no merece la pena. Me va a ir mejor hibernando fiiiiiiiiijooooo, a poco.

Y menos mal que lo activé, porque luego con todo lo de la pandemia, tela, yo estoy confinada sola, esto mismo, con las antenas de caza puestassssss, ufffff, hubiera costado muchísimo más. Ni pensarlo quiero.

Os cuento lo del Satisfyer porque alguien lo tiene que hacer, es como lo de la limonada de este año que os decía en el post anterior, hace mucha falta, es un bien social. Siento deciros que esa mierda no va. Al menos, no va como dice el personal. NI DE COÑA. No para todas las mujeres.

Me lo auto regalé por curiosidad, tanto, tanto se ha escrito, y se ha dicho, que dije, esto hay que probarlo. Y como el mío ya tiene una pila de años (tres pilas de hecho, años, bastantes más), dije, este tiene que ser la caña.

Aparte de que todos, absolutamente todos los comentarios, son una pasada. No comprobé el 100%, por supuesto, eso tiende a infinito, pero de todos los que miré, que fueron muchos, no encontré uno malo.

Incluso pregunté a una amiga que ya tenía una versión anterior de hace tiempo, y me dijo que iba muy bien, que lo pillara. Claro, volvemos a las expectativas que mencionaba antes, con esa tarjeta de presentación, quién iba a pensar…pues piensa hija, piensa, porque luego la hostia es cojonuda.

Otra vez que no daba crédito. Esto, también me sorprendió. A ver cómo hago para que quede medio elegante. No sé si va a ser posible. El chisme como decimos en León, tiene once intensidades, que no velocidades ni modos, es decir, es la misma sensación pero más o menos intensa.

La peña dice, que no pasa del nivel dos y ya ha tenido el primer orgasmo, yo lo puse al nueve el primer día. No digo más. Otra amiga que luego me enteré que lo tenía, le pregunté y me dijo que a ella no le dio tiempo ni a hojear las instrucciones, aquello era un no parar, como los fuegos artificiales de las fiestas.

Imaginad mi careto, ¿qué me estás contando?, lo que yo he experimentado es un Universo paralelo, pero en chungo. Estaba por ir a Cuarto Milenio a contarlo.

Otra me decía, que igual no había entendido bien cómo funcionaba. A ver, que las instrucciones son echar lubricante, encender el aparatín, despejar la zona, acoplar, y a disfrutar. ¿Qué hay que entender a mayores?. Más nada.

Que sí, pero que no. Que yo tardé la vida para el primero, vamos la vida para lo que cuentan, que eso de los fuegos artificiales ni de lejos, una cosa normalita. Con el mío viejo, Dios le bendiga, tardo menos creo yo. Ahora, lo puedo confirmar. Tardo menos, y me cunde más, ¿lo pilláis, si?.

He hecho más experimentos, un pelín mejor, pero no. He llegado a probar intensidad once, pero que va. No me soluciona. No es cuestión de intensidades. Tiro del viejo que va de puta madre. «Yo pa mí», que allí hacía falta algo más y/o que estimule de otra manera.

La frase lapidaria fue, la que le dije a la primera amiga esa que os he dicho que tenía una versión anterior, “chica, pues yo, qué quieres que te diga, donde esté un tío que te ponga, con un buen rabo…” y me dio la razón.

Que digo yo, que con esa última frase me he cargado la sutileza y supuesta elegancia que pretendía. Ya. No la voy a quitar. Lo define todo en su esencia misma. ¿A qué todos, todas, y «todes» me habéis entendido?. Sabía yo.

Ahhh, es más grande, y pesa más de lo que parece. El Satisfyer digo. Tira más a secador de viaje que a juguete sexual. Avisados estáis. Y otra cosa, no es buena idea usarlo a intensidades altas durante mucho tiempo. Ni poco, creo yo.

En teoría no hace falta pero la práctica dice otra cosa. ¿Y si sí?, si sientes que no va, subes de intensidad, lógicamente, pero claro, subes, subes, subes, y no, en ese caso hay que echar lubricante por palés, y aun así, no veas como te queda la zona, oh, oh, oh.

Que ya me salió a mí la vena ingeniero, y dije, coño, pues para ser por ondas expansivas ultrasónicas SIN CONTACTO DIRECTO es como si hubiera un rozamiento de cojones (mira, que propio me ha quedado, jajajaja, no es premeditado, lo prometo, me ha salido del tirón).

Igual te toca poner hielos azules de esos que se congelan, de los que te ponen los fisios para bajar la inflamación, ahí lo dejo. “Alguien me lo contó”, vamos a decirlo así.

Mira, que le den por culo al Satisfyer, y a las hijas de puta a las que les ha pasado esto antes y no lo han contado. Alguna habrá, voy a ser yo la primera, venga ya. Perracas. Os daba yo sororidad de esa.

Ya sé lo que me vais a decir, pero no. Que me he hecho el Master completito. Punto uno, es el auténtico, no es una copia china; punto dos, hay distintos cabezales, los he probado. Tampoco. Pensaba yo que tendrían distintas formas o tamaños, por aquello de adaptarse a las variopintas geografías femeninas.

Que va. Vienen 5. Tres son iguales al que trae de serie, y los otros dos, que son iguales entre sí, les han bautizado como “Premium luxury desire no sé que más”. No es eso exactamente, pero suena mejor que el nombre real.

Traducido al cristiano, potenciadores del placer/de la líbido femenina. Que dije, yo, ahora sí que sí, ole, han llegado los marines americanos. NAAADA, no noté ninguna diferencia, «ni pa bien ni pa mal». Qué pena de vida.

En fin, yo ya lo he probado. Vosotras mismas. Como me dijo una Doctora a primeros de año, “SI NO SE PRUEBA, NO SE SABE”. Y oye, me gustó la frase, me la he apropiado. Mola. ¿Veis?, que luego decís que hablo todo el rato mal de los médicos, hoy no.

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