Pocos bares, muchos vinos
Me ha costado decidirme por el título de este post. Tenía otro, Vinos con cojones. Pero solo podía quedar uno, como en la peli “Los Inmortales”. Yo no sé que me ha pasado estas Navidades, bueno, sí lo sé, que las he cogido con ganas.
De hecho, son las mejores Navidades que recuerdo, lo que leéis, las del 2020, sí, vivir para ver. Supongo que como mínimo os sorprenderá este comentario, porque a quien se lo he dicho se ha quedado cuajad@, “venga ya, qué coño van a ser buenas Navidades tía”, “que sí”, “imposible”, “me vas a decir tú a mí”. Muy divertidos los diálogos.
Es una época del año que a mí me encanta. Han sido las mejores Navidades que recuerdo porque han sido vacaciones, vacaciones, y he podido hacer lo que me ha dado la gana cuando me ha dado la gana, sin tener que dar ninguna explicación a nadie.
Ahora que puedo comer más alimentos, no he cometido grandes excesos, pero he podido, o mejor dicho, me he permitido COMER otras cosas más ricas, BEBER, seguid leyendo que os cuento, y FOLLAR, que es lo que realmente marca la diferencia.
Esto NO os lo voy a contar, jejejejeje, solo deciros que estoy encantada porque tengo chico nuevo en la oficina, y ese Universo mío, me ha mandado lo que llevaba mucho tiempo pidiendo, ergo, algo estoy haciendo muuuuyyyyyyy biennnnnn. Lo siento, vuelvo al tema del beber, sí, ya sé que preferís el otro. Cotillas.
Aquí, y en media España son típicos los vinos de Nochebuena y Nochevieja con l@s amig@s. Este año, estaba todo un poco mermado por la situación actual. Peeeeeeeeero, yo decidí que no iba a dejar que me afectase, y vaya si lo he conseguido, aprobada Cum Laude, jejejejeje.
El día de Nochebuena al final solo se nos arregló quedar a una amiga y a mí. Suficiente porque en un pueblo te encuentras gente conocida casi sin querer. Fue gracioso porque yo andaba apurada de tiempo, qué raro, y al final quedamos a las 20:20, por cierto, me acabo de dar cuenta de que la hora coincide con el año, qué fuerte.
Coincidió esa hora porque era cuando yo había acabado de prepararme la cena, mas o menos, poner la mesa de bonito, para mí sola sí, pero la pongo, y ponerme yo de bonito también, faltaría más. Lo gracioso es que mi amiga ya salió cenada, con la cocina recogida, y todo fregado. Esto es un hecho real demostrable.
Claro, a ella le empapaban los vinos, mejor que a mí. Menos mal que el toque de queda era a las 22:00, si no, aun andamos por allí. Qué risa. Solo estuvimos en dos bares, pero nos cundió. Solas y borrachas conseguimos llegar a casa. La Ministra de “Igual da” estaría orgullosa de nosotras. Hasta ahí bien.
Ahora viene lo gordo. Volvimos a quedar el sábado después de Navidad también para tomar unos vinos con otra amiga. Quedamos a las 13:30. Esta hora no me dice nada, ¿a vosotros?. Total, que yo me había organizado aparentemente muy bien. Puse una lavadora, y había quedado por la tarde para ir a caminar con una vecina-amiga.
Dije, a las 15:00 en casa, como, tiendo la lavadora, me cambio y a funcionar. Ilusa de mí. Cuento esto para qué veáis, a Dios pongo por testigo, que no tenía en mente liarla parda para naaaadaaaaa. El caso es que por allí empezó a aparecer gente, hubo que salir a la terraza, por aquello del aforo, y número de personas por mesa.
Recapitulo, León, un 26 de Diciembre, menos mal que hacía sol, si no morimos allí. Ibamos a rondas y éramos ocho. Eso, no podía acabar bien a poco que sepáis contar. Además, a una de las pilis le había tocado la primitiva, y pagó varias rondas a mayores. Al principio yo iba una de vino- una de agua, una de vino- una de agua.
Pero después de la cuarta ronda, creo, se me desató el espíritu de los 15 años o qué sé yo, el caso es que la cosa pasó a ser una de vino, y otra de vino todo el rato. Mortal de necesidad para una servidora. Luego pasamos a txupitos de orujo de hierbas. Nada más que añadir señoría. Eso no era una borrachera, era un ciclón.
#madredelamorhermoso nos podíamos haber matado. A verrrrr, que en general íbamos todos finos filipinos, pero claro, sin comer, sin merendar, sin cenar, y venga vino, pasó lo mismo que el día de Nochebuena, porque el toque de queda era a las 22:00, si nooooooo, bueno, yo creo que entré en casa casi, casi, con las campanadas de las diez.
Y he de confesar, ya me jode, que me tuvieron que llevar a casa, sí, no estoy nada orgullosa la verdad, «pa mi tengo». Peeeeeeeeeerooooooo también he de decir, que la misma amiga que me llevó a casa la última vez que yo había estado tan cocida, hace treinta y tantos años, es la misma amiga que me llevó esta vez.
No todo el mundo lo puede decir, ojito ahí. GRACIAS FLOR. Que luego cuando lo contaba, y me decía la gente, “joder, ¿pero en cuantos bares estuvisteis?, porque desde la una y media, hasta las diez….”, ahí fue cuando me salió el título de este post, “no, que va, fueron pocos bares, muchos vinos”.
Estuvimos en dos bares para ser exactos. Mas bien estuvimos en las terrazas de esos bares. Porque ya ni sentíamos ni parecíamos, hasta los abrigos nos quitamos, y luego dicen que el alcohol es malo, anda, anda, que no se ha documentado bien el personal, y punto.
Con las mascarillas, y guardando distancias. Cierto es que según avanzaba la tarde, y el nivel de alcohol, alguna mascarilla acabó de gorrro, y alguna otra en el bolsillo de atrás del pantalón. Pero oye, todo y todos en orden casi un mes después.
Yo creo que es que la gente joven no sabe beber, el secreto debe estar en beber copas de calidad, creo yo. Si sería bueno el vino, que al día siguiente yo apenas tuve resaca, con el ciclón que llevaba. Ni vomité ni nada.
A cambio tuve un percance ya estando en casa, que no voy a contar, pero que confirma que ahí arriba me cuidan mucho, bueno ahí arriba, y aquí abajo. GRACIAS A QUIEN CORRESPONDA.
Lo malo es que hay fotos, putos móviles, de verdad, es que tenía que estar prohibido hacer eso. No pienso subir ninguna aquí, en todas estoy con cara de borracha y una copa de vino en la mano, lo que había vamos, pero qué necesidad de “afotarlo”, vamos hombre, no me joder, como decía un jefe
que tuve.
Y ahora viene lo mejor, o lo puto peor que dice una amiga. No sé si recordáis que yo había puesto una lavadora y había quedado para hacer deporte. Ilusa de mí. Mira, mira, mira. Lo del deporte lo anulé a tiempo, aunque viendo luego la conversación del Whatsapp, que risa, le acabo de hacer un pantallazo y creo que eso sí que lo voy a poner aquí.
Pero lo de la lavadora, a quien se le ocurre, me acordé de ella ya al día siguiente, y dije, maaadremiiiia, bueno, en el peor de los casos, que me toque darle un agua a la ropa. Pues hasta en eso tuve suerte, no olía mal así a humedad ni nada, la tendí a eso de las cinco o seis de la tarde del día siguiente y a correr.
Menos mal que en una visita de madrugada al baño abrí la puerta, yo creo que fue eso lo que me salvó de volver a lavarla. Voy a escribir 100 veces en un cuaderno “No poner la lavadora si vas a salir a tomar un vino, aunque sea de tranqui”.
Que ya no tengo edad, ganas parece que sí, a los hechos me remito, pero edad de prepararlas tan pardas no, coño, no, que no hay ninguna necesidad. Esto, a ver si me lo miro un poquito, o algo…. cierto es que de los ocho qué íbamos, los cuarenta ya no los cumplía ninguno, y si me apuras, los cuarenta y cinco tampoco.
Me encontré hace unas semanas al dueño del segundo bar, en el que estuvimos tanto tiempo, y me decía “hay que ver lo que aguantáis”, “nos dejasteis flipando”, “ya, nosotros también flipamos un poco de más, la verdad”, “oye, no te diría algún inconveniente, porque yo iba muy cargadita”, “que va, que va, si me salvasteis la tarde, yo estaba allí solo casi sin gente”.
Yo recuerdo que le decía “ponnos algo de comer, por favor, que vamos a morir, pon algo que empape por Diossss”, pero igualmente, era demasiado vino. Yo creo que tod@s lo cogimos con muchas ganas. Algunos no nos veíamos desde el verano, y tampoco habíamos coincidido en las Navidades para tomar algo.
Como nos hace taaaaaaanta falta socializar, el contacto, la cercanía, estar con gente y echarte unas risas en una palabra, pues pasó lo que tenía que pasar….como dice mi hermana la pequeña, lo dimos todo, y punto.
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Buenos días, me han dicho que has ido a Biosalud y te ha ido bien, yo también tengo Lyme y estoy pensando ir y era para ver si podía contactar contigo para q me cuentes la experiencia.
Muchas gracias
Te contesto por email
Buenas. Dicen que el vino es bueno, no? Besitos